Carlos Boyero se ríe a carcajadas con el sorprendente final de una película | Cultura | EL PAÍS
El reconocido crítico de cine de EL PAÍS, Carlos Boyero, advierte que las narrativas religiosas no le suscitan, en un principio, un gran interés: “Mi atea existencia y mi antipatía, fundamentada desde mi niñez, hacia cualquier tipo de iglesia hacen que los temas que se abordan en la Santa Sede, en un inicio, me provoquen indiferencia”. Sin embargo, en su crítica, le otorga a gran parte de *Cónclave*, adaptación cinematográfica de una novela del aclamado autor de best sellers Robert Harris, un toque de intriga y misterio, aunque estos elementos desaparecen, eso sí, al llegar al desenlace.
La película, protagonizada por Ralph Fiennes como hombre de confianza del papa en un trabajo, según Boyero, “sobrio, torturado interiormente, veraz”, arranca con la muerte de un Pontífice y la consiguiente elección de un sucesor en modo thriller: “Percibes que todo es muy lioso y te preguntas cómo van a solucionar el enigma”, relata el crítico.
También las interpretaciones secundarias son destacables y en parte responsables de cómo la cinta mantiene el atractivo durante un tiempo. Boyero señala a “el formidable Stanley Tucci y los impecables John Lithgow e Isabella Rossellini”, y alaba el papel de Sergio Castellitto como un temible cardenal que quiere resucitar la faceta más mezquina de la iglesia.